Robótica: Los robots aplicados a este campo son capaces de colocar 3.000 ladrillos al día, levantar muros pesados, construir las paredes dejando espacio para puertas, ventanas, cableado o fontanería, según el diseño que los constructores, o fabricar muros a pie de obra.
Realidad aumentada y realidad virtual: Muy útil, por ejemplo, para previsualizar las diferentes opciones de acabados sobre un mismo modelo, visitar un emplazamiento sin desplazarse, presentar a concurso un proyecto de construcción…
Internet de las cosas: Ayuda a mejorar la capacidad de adaptación de las edificaciones, reduciendo el consumo de tiempo y recursos, y permite monitorizar todas las variables que conlleva la rehabilitación o construcción, favoreciendo la toma de decisiones en tiempo real y su automatización.
BIM: Este software, cuyas siglas responden al término en inglés de Building Information Modeling está marcando la diferencia respecto al modelo anterior gracias a su capacidad para integrar varias disciplinas y herramientas tecnológicas. Gracias a su aplicación, los proyectos que se obtienen tienen mayor calidad arquitectónica, constructiva y definitoria, con una estimación mucho más cuantificable que la que aportan las herramientas de uso actual.
Nuevos materiales de construcción: La materia prima utilizada en obras también está sufriendo un cambio tecnológico e innovador con nuevos productos que permiten sustituir aditivos químicos por otros basados en componentes naturales, en la instalación de sistemas que hagan uso de energías renovables, en la optimización del aislamiento térmico, en la puesta en marcha de nuevas modalidades de producción.